31.8.07

En la brecha 07/08



Aquí de nuevo, qué pocas ganas la verdad. Siempre que vuelvo de Formentera me quedo con las ganas de instalarme allí. No debe ser sencillo, me cogió el temporal y lo que a primera vista parece la belleza de la naturaleza, se acaba conviertiendo en la incomodidad de lo cotidiano. Ropa húmeda, viento que silva con todo lo que se le interpone... pero la mar se ve preciosa, azul, gris, esmeralda, espumosa, ingente, en el horizonte. Empieza el año, a ver qué pasa. El balance del anterior ha sido bastante positivo, y treampolín para lo que espero sea un año de nuevos caminos... ya se verá. De momento acabando Agosto en la ciudad, cuesta ver a la gente todavía con espíritu de vacaciones y tener que cambiar al chip, me hace preguntarme ¿qué tipo de vida escogemos para nosotros?¿la escogemos? aterra profundizar más... próximos posts Asturias y Formentera, o como para correr grandes aventuras no hace falta ir al Amazonas teniendo a Balearia tan cerca.

9.8.07

Madeleine Peyroux




Estuve en Xàbia el Sábado pasado. Maratón para llegar al concierto desde Valencia con equívoco en la salida de la autopista mientras contiuaba la cuenta atrás...no llegábamos al concierto de la magnifica Madeleine Peyroux. Quizá fue esto, junto con dónde encontrar una bar donde nos pudieran dar un bocadillo en 10 minutos en la abigarrada Xàbia, lo más emocionante de la noche. Y es que, aunque los músicos eran excelentes y ella canta con... ¡cómo canta! no acompañaba el público. En su mayoría jubilados del norte de Europa, que de civilizados y formales que son, lo convierten todo en un formulismo soso y desencantado. Y eso que ella intentó animar la fiesta, pero no se podía con el frente de juventudes, que para mayor dificultad, habían ocupado las silla más cercanas desde media tarde. Imposible. Eso sí, todos aplaudían despues de cada solo. Me reservo más opiniones al respecto.
La música se perdió en el espacio abierto, se quedo frio y desencantado un concierto que, en circunstancias más favorables, habría sido memorable. Lástima. Seguro que en Vitoria disfrutaron tanto ella y sus músicos como todos los espectadores. Empiezo a llenar mi hucha para ver si llego algun año.