1. Reduce, Reutiliza, Recicla. Esta inteligente tripleta lo dice todo.
Reduce; Evita comprar lo que no necesites, y cuando finalmente compras ese lavaplatos/cortacésped/retrete, gástate el dinero en un modelo eficiente.
Reutiliza; Compra objetos de segunda mano, y extrae hasta la última gota de utilidad de todo lo que tienes.
Recicla; Hazlo, pero has de saber que es la última y menos efectiva pata de la tríada (en última instancia, el reciclaje simplemente desemboca en la fabricación de más cosas)
2. Quédate cerca de casa . Trabaj cerca de tu hogar para acortar tu trayecto al trabajo; come alimentos cultivados en las cercanías; frecuenta las tiendas locales; hazte miembro de las organizaciones locales. Todo ello mejorará el aspecto, la forma, el olor y las sensaciones de tu comunidad.
3. Los motores de combustión interna son contaminantes, y su uso debería ser minimizado. Punto.
4. Presta atención a lo que comes. Siempre que sea posible, evita la comida cultivada con pesticidas, en comederos, o por grandes empresas agrícolas. Es una forma sencilla de emplear tu dinero para votar contra la extensión de toxinas en nuestros cuerpos, tierras y agua.
5. Las industrias privadas tiene pocos incentivos para mejorar sus prácticas medioambientales. Nuestras elecciones como consumidores deben animar y sostener el buen comportamiento; nuestras elecciones políticas deben apoyar la regulación gubernamental.
6. Apoya las innovaciones inteligentes en la fabricación y producción. Una pista: las perforaciones petrolíferas han dejado de ser innovadoras.
7. Define tus prioridades. Reflexiona más cuando compres objetos grandes; no le des mil vueltas cuando se trate de objetos pequeños. Es fácil distraerse por el problema de las bolsas de papel, pero un refrigerador que despilfarre energía merece mucho más tu atención (los pequeños aparatos electrónicos son una excepción).
8. Vota. La participación política facilita la difusión de las políticas conscientes del medio ambiente. Sin acción pública, los individuos concienciados nadan contra corriente.
9. No te sientas culpable. Sólo te entristecerás.
10. Disfruta de lo que tienes: las cosas que son tuyas, y las que no nos pertenecen a ninguno de nosotros. Ambas están bie, pero éstas últimas son preciosas. Aquellas que no podemos fabricar y que jamás deberíamos poseer (el agua, el aire, los pájaros, los arboles) son la base , de los placeres de la vida. Sin ellos no somos nada. Con nosotros, puede no quedar nada.
Tú eliges.
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