28.9.06

Profesora de Yoga... y argentina.

Me gusta practicar yoga.
Al mes y sin darte cuenta, ya respiras un poquito mejor, tienes un poquito más de flexibilidad (lo noto cuando se me caen las llaves al suelo y las recogo sin suspirar). Mi cuerpo y l mente lo agradecen.
Este año mi profesora es argentina... ¡!, una mujer muy dulce, pero habla y habla y habla, y lo que yo siempre he entendido como escucha interior, se ha convertido en una atención constante hacia ella.
¿Será el gen argentino?
¿supera ésto al tópico para convertirse en una verdad incuestionable?
Espero que con el paso de las semanas empecemos a hacer las posturas comunes como el saludo al sol, etc... porque de momento no nos ha cicho (y dice mucho) el nombre de una sola.
Ahora, siempre que acaba la clase, nos da un folleto de publicidad para un taller de fin de semana, un curso de pintura espiritual, etc.
Compensa y mucho, que siendo clases impartidas en un polideportivo municipal sale bien barato.
Aún así, me gusta el yoga, sea de la forma que sea.

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