Borges, ni a sorbitos

El pasado Domingo tuvimos reunión de lectura. Me tocaba ser la anfitriona y aproveché para cocinar con esmero, que últimamente tenía y tengo lasl labores del hogar algo olvidadas.
El tema era Borges, "Historia de la infamia". Nadie pudo con el libro, estuvimos todos de acuerdo. Borges nos pareció un escritor que escribió para si mismo y para los que fueran como él, porque para el ciudadano de a pié resulta ininteligible, y eso que todas las palabras suenan muy bien, las frases están muy bien hechas, los párrafos le quedan redondos pero... hemos coinciden en lo mismo todos y añado que somos todos de gustos literarios dispares. Pero lo cierto es que por mucho que releyera un párrafo o una página no acababa de entender nada. Siendo de relatos cortos el libro, cada vez que se acababa una pensaba que el siguiente sería menjor. Como caso anecdódito y claro ejemplo aquello que le pasó a Olga, que no se dió cuenta que ya había leído un relato hasta la última página, en la que reconoció un nombre que en su momento le llamó la atención.
Pues eso, que ni a sorbitos, como cuando comía un plato de pequeña, que no me gustaba y era un mordisco y un sorbo de agua para tragar.