27.10.09
El Caballo Amarillo. Diario de un terrorista ruso
El Caballo Amarillo. Diario de un terrorista ruso.
Leo
"Savinkov es un burgués con una bomba en el bolsillo"
Vladimir Ilich Ulianov, Lenin
C&P
28 de abril
En el parque todavía hay luz. Los tilos están desnudos, pero loa avellanos florecen. Los pájaros cantan entre los brotes jóvenes.
Yelena está agachada cogiendo flores. Se gira y mira sonriendo:
- ¡Qué maravilla...!¿No te parece un día alegre y luminoso?
Sí, me siento lleno de felicidad y de luz. Miro sus ojos, quiero decirle que ella misma es la felicidad personificada, la luminosidad. Sonrío de forma involuntaria.
- Llevo tanto tiempo sin verte - me dice - ¿Dónde has estado?¿Cómohas vivido?¿Qué cosas has visto?¿Has pensado alguna vez en mí?
Se ruboriza antes de que pueda darle una respuesta.
- Estaba tan preocupada por ti...
No recuerdo haber vivido nunca un momento como éste. Los lirios del valle están florecidos y la primavera puede respirarse. Nubes como ovejas lanosas se diluyen en el cielo, las unas dentro de las otras. Mi alma no cabe en sí de gozo: Yelena se preocupa por mí.
- ¿Sabes? Vivo sin prestarle atención a la vida. Te miro y me pareces otra persona, alguien dulce y tierno. Sí, para mí eres como un extraño...¿Acaso te conozco?¿Acaso me conoces? No necesitamos... No necesitamos saber nada el uno del otro. Estamos bien así, ¿no te parece?¿No es cierto que así estamos bien...?
Y añade sonriendo y en voz baja:
- No, tienes que decírmelo ¿A qué te has dedicado?¿Cómo has vivido?
- Pero tú lo sabes - le digo, y ella baja los ojos.
- Entonces, ¿es cierto?¿Eres uno de esos terroristas?
- Lo soy.
Una sombra parpadea en su rostro. Me toma de la mano sin decir nada.
- Escucha - dice al fin - No entiendo nada de política. Pero explícame una cosa. ¿Por qué necesitas matar?¿Por qué? Mira qué hermoso es todo... Es primavera, los campos florecen, los pájaros cantan. ¿Y en qué te hace pensar?¿Es que vives sólo para la muerte? Dime, amor mío, ¿por qué?
Quiero decirle que una mancha de sangre sólo se lava con más sangre, que estamos obligados en contra de nuestra voluntad, que una revolución necesita del terrorismo, y que la gente necesita una revolución. Pero lo cierto es que no soy capaz de articular palabras. Porque sé que para ella sólo serán eso, palabras, y que jamás llegará a comprenderme.
...
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